Saludos, chicas y chicos. Este año el monstruo que más intenta asustarnos no es un vampiro, una momia o la típica calabaza de Halloween. Es ese minúsculo bichito que nos está obligando a llevar una mascarilla todo el día y que nos ha robado los abrazos el que da más miedo que todos los personajes de Halloween juntos. Pero sabemos cómo combatirlo y no nos va a asustar tanto como para parar nuestras clases y no celebrar nuestra fiesta.
Como ya sabéis, en esta ocasión hemos tenido que prescindir de nuestro tradicional circuito de Halloween y de nuestra aclamada Casa encantada. Las razones las conocéis, no podemos compartir los materiales y tenemos que respetar la distancia mínima de seguridad. Pero esto no ha sido excusa para celebrar nuestra semana terrorífica más esperada del año.
Lo primero ha sido dar un poco de ambientación con nuestra magnífica decoración de elaboración propia: